A propósito de la relación entre los filósofos y las personas corrientes

Admiro a MacIntyre por ser capaz de escribir párrafos como este…

Las preguntas que se hacen los filósofos son […] preguntas que se hacen en primer lugar no como filósofos, sino como seres humanos, como personas corrientes. Son las mismas preguntas que se hacen las personas corrientes, y toda persona corriente es potencialmente un filósofo. Por lo tanto, podemos inferir que, al hacerse esas preguntas de una manera rigurosa y sistemática, los filósofos tienen que ejercer su oficio, su arte, en nombre de todas las personas corrientes. Haciéndolo así, contribuyen al bien común, lo mismo que lo hacen las demás personas normales, como los carpinteros o los agricultores. En consecuencia, un deber de los filósofos para con los demás miembros de su comunidad es hablar y escribir de tal manera que, en la medida de lo posible, lo que dicen sea accesible a todos aquellos que no son filósofos académicos. El filósofo comparte con la persona corriente no filosófica o pre-filosófica la necesidad y la búsqueda de la verdad: de las verdades de la vida cotidiana, de las verdades que descubre la investigación científica, de las verdades sobre los bienes humanos y sobre el bien humano último (Dios, filosofía, universidades 263-264).

Ojalá esto te motive a seguir leyéndolo...

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